PLUMA DE ESCRITORES

PLUMA DE ESCRITORES
Sean todos bienvenidos a - PLUMA DE ESCRITORES - Punto de encuentro con la Literatura de Santa Cruz de Lorica, para el resto del mundo.

POESÍA EXTRANJERA


POETA

Rabino: Boaz Fariñas Eisenberg
















 
EL ESPACIO ENTRE UN MINUTO Y OTRO 
Nos fue acompañando de a poquito y lo fue haciendo con una risa burlona.
El tiempo me fue llenando de recuerdos, de velas encendidas el viernes en la tarde, antes que oscureciera para llenarnos los ojos con luces de aceite.
El tiempo fue un silente compañero y certero en sus dictámenes…
El tiempo y sus zanjas en la piel, las cuales reflejaban experiencia facturada en arrugas y canas.
El tiempo nos vio envejecer mientras él seguía en su juventud burlona.
Dulce compañero de ahora y del futuro, señor tiempo, cuantas cosas han pasado en medio de tantos segundos y minutos que me tienes atrapado en puntualidades inservibles y recuerdos difíciles de olvidar.
El reloj tu cómplice y mi cana la evidencia que ha estado bastante rato.
Las agujas y las manillas del reloj avanzan de a poquito, pero has pasado tanto y desde hace tanto me duele que me dejes a un lado sin seguir siendo tu cómplice.
 



Poeta 

YEHUDAH AMIJAI
(עמיחי יְהוּדָה)
nacido Ludwig Pfeuffer (Würzburg, 3 de mayo de 1924 – Jerusalén 22 de septiembre de 2000) 
Escritor israelí considerado uno de los mejores poetas contemporáneos en hebreo. Su obra trata temas cotidianos, ironías y amores dolorosos, a veces por la religión, la tierra o la ciudad de Jerusalén. Su contribución se extiende más allá de sus propios logros literarios a una influencia que ayudó a crear una poesía israelí moderna.


Encuentro De La Gente Del Palmaj

Aquí al pie del monte Gilboa nos encontramos,
hechiceros y hechiceras, unos con otros,
y cada uno con los espíritus de sus muertos.
Había rostros que sólo después de unos días
estallaban en el recuerdo con la luz cegadora
del gran conocimiento. Pero era demasiado tarde
para volver y decir. Eres tú.
Había rostros cerrados, como un buzón repleto de cartas
de hombres ausentes de sus casas durante mucho tiempo
El llanto no era llorado, la risa no era reída
y la palabra no era dicha
Había un camino, al atardecer, entre los huertos
a lo largo de los cipreses Pero no caminamos por él
hacia la oscuridad perfumada que hace recordar y olvidar
Como invitados, que tras la cena se demoran
junto a la puerta, así nos demoramos treinta años o más,
sin deseo de salir y sin posibilidad de volver
mientras los anfitriones ya se habían acostado y dormían en su oscuridad.
Quedad en paz, vivos y muertos juntos También
una bandera bajada a media asta ondea alegremente
con e! viento que sopla Y también la nostalgia es un racimo
de uvas dulces de las que se extrae vino para una alegre fiesta
Y vosotros, mis pocos amigos, marchaos ahora
y que cada uno guíe al rebaño de sus recuerdos
hacia lugares de pasto
en los que no hay memoria.


El Valle Angosto

Gente joven pasea por el valle angosto
donde antaño tuve una batalla:
se instalan junto al miedo
y preparan una hoguera en las zanjas de la muerte.
La más guapa se cambia el pelo de lado inclinando la cabeza. 
El más fuerte trae leña para la hoguera.
El bombardeo continúa desde entonces, pero
la carga ha mejorado, olor
de la madreselva en el aire y una melodía.
Por la tarde, cuando se van, 
se vuelve a alisar el paisaje
El valle angosto se eleva como una arruga en la bola del mundo 
y el paisaje se vuelve plano como el olvido.


En Las Montañas De Jerusalén

Aquí donde las ruinas quieren volver a ser
una casa, su deseo se añade al nuestro.
Incluso las zarzas se han cansado de hacer daño y quieren ser benévolas,
y una lápida, arrancada de una tumba vacía,
ha sido puesta en la nueva muralla con su nombre y su fecha
Y está contenta porque no será olvidada.
Y los niños, que hubieran podido cambiarlo todo,
juegan entre piedras y ruinas
No quieren cambiar nada.
Una noche de amor suprimida en el Negev
hace brotar una escila en las montañas de Jerusalén,
las cosas se vacían y se llenan,
y no siempre estás con las que se llenan.
Y a lo que llamamos salvia no produce olor,
sino que abre una profunda herida en el olvido,
recuerdo de una sed antigua
Todo se ocupa aquí del oficio de la memona:
las ruinas recuerdan, el jardín recuerda,
el pozo recuerda sus aguas y el bosque plantado
recuerda sobre una placa de mármol el lejano holocausto
o incluso sólo el nombre del donante muerto
que se recordará más que otros nombres
Pero los nombres no son importantes en estas montañas,
como en el cine, cuando antes de la película
aparecen los títulos de crédito y después 
no vuelven La luz se enciende, las letras palidecen,
el telón ondulante baja, las puertas se abren y fuera es de noche
Porque en estas montañas sólo es importante el verano y el invierno,
sólo lo seco y lo húmedo también los hombres
no son sino depósitos de agua esparcidos por todas partes,
como los pozos, las cisternas y las fuentes del abismo.


Segundo Encuentro Con Mi Padre

Volví a encontrarme con mi padre en el café “Atara”.
Esta vez ya estaba muerto. La tarde afuera
mezclaba olvido y recuerdo, como mi madre
mezclaba agua fría y caliente en la bañera.
Mi padre no había cambiado, pero el café “Atara”
estaba reformado Yo dije: felices aquellos
que tienen una panadería al lado de un café,
se puede gritar hacia dentro. ¡Otro pastel,
otro dulce, tráigame, tráigame!
Feliz aquel cuyo padre muerto está a su lado
y puede llamarlo siempre.
Ay, el eterno grito de los niños
“¡Quiero! ¡Quiero’
hasta que se transforma en un grito de heridos.
Ay padre, vehículo de mi vida,
quiero
ir contigo, llévame un poco,
déjame junto a mi casa
y después sigue solo tu camino.
Nos fuimos. Y un solo hombre se quedó sentado en el rincón,
tenía amputada una mano
(En el anterior encuentro tenía dos manos)
Se tomó un café y dejó la taza,
se comió un pastel y dejó el tenedor,
hojeó el periódico ilustrado y lo dejó
y dejó su única mano sobre el periódico,
la dejó y descansó.




Poeta
MAHMOUD DARWISH 
En árabe درويش محمود 
(Al-Birwa 13 de marzo de 1941 - Houston Estados Unidos, 9 de agosto de 2008), En ocasiones transcrito en español como Mahmud Darwix y en otros idiomas como Mahmoud Darwish o Mahmoud Darwich. 

Fue considerado el poeta nacional palestino y uno de los más célebres literatos árabes contemporáneos, nacido cerca de Acre. 

 
La Niña / El Grito

En la playa hay una niña, la niña tiene familia
Y la familia una casa. 
La casa tiene dos ventanas y una puerta...
En el mar, un acorazado se divierte cazando a los que caminan
Por la playa: cuatro, cinco, siete
Caen sobre la arena. La niña se salva por poco,
Gracias a una mano de niebla,
Una mano no divina que la ayuda. Grita: ¡Padre!
¡Padre! Levántate, regresemos: el mar no es como nosotros.
El padre, amortajado sobre su sombra, a merced de lo invisible,
No responde.
Sangre en las palmeras, sangre en las nubes.
La lleva en volandas la voz más alta y más lejana de 
La playa. Grita en la noche desierta.
No hay eco en el eco.
Convierte el grito eterno en noticia
Rápida que deja de ser noticia cuando
Los aviones regresan para bombardear una casa
Con dos ventanas y una puerta.


Abraza A Su Asesino 

Abraza a su asesino para lograr su clemencia: ¿te enfadarías mucho conmigo si sobreviviera? Hermano... hermano: ¿qué he hecho para que me asesines? Dos pájaros vuelan sobre nosotros, apunta hacia arriba. Dispara tu infierno lejos de mí... ven a la choza de mi madre para que te prepare las habas. ¿Qué dices? ¿Qué dices? ¿No soportas mi abrazo ni mi olor? ¿Estás cansado del miedo que me habita? Entonces arroja ese revólver al río. ¿Qué dices?... ¿Un enemigo en la ribera del río ha dirigido su metralleta hacia el abrazo? Entonces dispara contra el enemigo. Escaparemos juntos de sus balas y escaparás de tu delito. ¿Qué dices? ¿Me matarás para que el enemigo vuelva a su casa/nuestra casa y tú retornes al juego de la caverna? ¿Qué has hecho con el café de mi madre y de tu madre? ¿Qué crimen he cometido para que me asesines, hermano? No desataré la cuerda del abrazo. No te dejaré.


Tenemos Derecho A Amar El Otoño 

Tenemos derecho a amar el final de este otoño y a preguntarle: 
¿Hay espacio en el campo para un otoño nuevo, mientras tendemos sobre él nuestros cuerpos carbonizados? 
Un otoño que abate sus hojas de oro. 
¡Ah, si fuéramos hojas de higuera, hierba abandonada 
para revelar la diferencia entre las estaciones! 
¡Ah, si no nos hubiéramos despedido del sur de los ojos para preguntar 
lo que preguntaron nuestros padres cuando se lanzaron sobre las puntas de las lanzas! Tal vez la poesía y la plegaria se apiadaran de nosotros. 
Tenemos derecho a enjugar la noche de las mujeres hermosas, a hablar de lo que 
acorta la noche de dos extraños esperando la llegada del norte a la brújula. 
Otoño. Tenemos derecho a aspirar el perfume de este otoño 
y pedirle a la noche un sueño. 
¿Puede enfermar un sueño como los soñadores? Otoño, otoño. 
¿Puede nacer un pueblo sobre una guillotina? 
Tenemos derecho a morir como queramos, para que la tierra 
pueda ocultarse en una espiga

Soy Yusuf, Padre 
Soy Yusuf, padre.
Mis hermanos no me quieren,
no me desean entre ellos, padre.
Me agreden, me lanzan piedras e insultos.
Quieren que muera para hacerme un panegírico.
Me han cerrado la puerta de tu casa,
me han echado del campo,
han envenenado mis uvas
y han destrozado mis juguetes.
Cuando la brisa ha acariciado mi pelo al pasar,
me han envidiado y se han revuelto contra mí y contra ti.
¿Qué les he hecho yo, padre?
Las mariposas se han posado sobre mis hombros,
las espigas se han inclinado hacia mí
y los pájaros han volado sobre mis manos.
¿Qué he hecho yo, padre, y por qué yo?
Tú me has llamado Yusuf
Y ellos me han arrojado al pozo y han acusado al lobo.
Y el lobo es más clemente que mis hermanos, 
Padre. ¿Acaso he ofendido a alguien cuando he dicho que
he visto once astros, el sol y la luna, y que los he visto
Prosternados ante mí?

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